El periodo de verano y de vacaciones supone, por norma general, una etapa de excesos: comidas caprichosos, fritos, mala hidratación, más ingesta de alcohol de lo habitual, menos horas de sueño o dormir fuera de horas, falta de ejercicio físico … A lo que sumaremos las agresiones propias de la estación: un exceso de exposición solar, la sal del mar, la arena de la playa, cloro de las piscinas, uso inadecuado de los cosméticos … Todo ello contribuye al desequilibrio cutáneo que puede visualizarse en una piel apagada, llena de impurezas con una textura, tono y aspecto diferente. Sólo el exceso del sol provoca elastosis, deshidratación y trastornos en la pigmentación. Por este motivo, es muy necesario un correcto tratamiento post-verano en manos de profesionales. Ven a nuestro centro. Aquí encontrarás el tuyo
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